11 de enero de 2009

Imaginando

Desde la creatividad de un mundo imaginario, por el caminar dormido de nuestra propia senda, es posible alcanzar la libertad de poder ver el universo desde nuestro especial modo de ver el prisma.
Al escribir se sosiega mi alma, se desnuda, se nutre y vuelve a apasionarse. Porque, al fin, encuentra la certeza de que es ahí donde quiere estar y donde más cómoda se encuentra.
A veces, al echar un vistazo a nuestro alrededor, se observa con desoladora tristeza lo que se pierden nuestros hijos y nuestras hijas al no tener la oportunidad de desarrollar su creatividad. En este mundo tan acelerado, en el que todo es inmediato, no damos tiempo a que las personas piensen, se recreen en sus pensamientos, construyan su universo y creen un mundo imaginario.
Demos a nuestros semejantes la oportunidad de pensar y crecer como personas libres.

Aún queda un sitio.. ¡Ya nos vemos, Boni, ;)!